viernes, 4 de octubre de 2013

Campos y bolas de billar

Cuando le describimos el mundo físico a alguien, le decimos que está compuesto por partículas y campos de fuerza. Pero, ¿es así la realidad? o ¿es un kluge o apaño necesario para visualizar la realidad?

Tomemos la "física de partículas" y el "gran acelerador de partículas"; estos dos nombres nos hacen pensar que efectivamente las partículas son los constituyentes básicos del mundo material. ¿Esta visión es real o hay que buscar otra?.

Por otra parte, sabemos que "la teoría cuántica de campos", desarrollada el siglo pasado, es el marco conceptual sobre el que se apoya el modelo standard. Por ese motivo cuando un físico o un filósofo se pregunta por la imagen física primaria ("ontología") se queda desconcertado por la utilización que se hace de estos supuestos constituyentes básicos del mundo.
¿Se comporta una partícula como una bola de billar con una existencia real que tiene una localización, velocidad y trayectoria definida?
Me diréis que "la teoría cuántica de campos" lo resuelve apostando por una visión en la que se asigna un campo a cada tipo de partículas. Ahora bien, ¿Qué es un campo? El campo clásico, utilizado por primera vez por Faraday, no nos sirve. El campo cuántico que utiliza la teoría se vale de operadores matemáticos, que aplicados a una función de onda o vector de estado nos devuelve una probabilidad cuando preguntamos por cosas medibles.

Al final llegamos a un compromiso y hablamos de complementariedad. Pero, ¿esta interpretación de complementariedad es un concepto satisfactorio o hay que buscar alternativas más radicales?

El físico y filósofo Meinard Kluhlmann profundiza en estas cuestiones metafísicas en este sugestivo artículo que nos descubre lo que guardamos, los físicos, debajo de la alfombra.
¿Qué es real?

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